jueves, 31 de julio de 2014


TENGO UNA CARTA PARA TI

carta abierta a un columnista del ABC



Estimado Sr. Luis Ventoso,

Firma Vd. una opinión titulada “PRINCIPIOS,TODAVIA!” que me permitirá comentar públicamente, por haberla Vd. publicada en la edición de hoy del periódico ABC. No he utilizado los medios del Grupo porque yo tengo otro estilo para resolver estas cuestiones.

Entre otras cosas, nos recuerda Vd. que su colega Ramón Pérez Maura anunció, en una columna análoga a la suya, su decisión de abandonar la colaboración con el programa “Al Rojo Vivo” de LaSexta, iniciada por otra parte casi 4 años antes y mantenida ininterrumpidamente con una media de casi una aparición por semana, la última de las cuales se produjo solo seis días antes de hacer directamente pública su renuncia, sin dar previamente ninguna motivación al director y presentador del programa.

Lo que no nos cuentan, ni RPM ni Vd. es que, a lo largo de sus 120 libres y voluntarias participaciones al programa, el Sr. Pérez Maura,  como todos lo demás tertuliano de LaSexta y de cualquier otro medio de Atresmedia, ha podido expresar libremente sus ideas y sus argumentos, sin que nadie le coaccionara en un sentido u otro. De no ser así, no habría seguido participando a una encerrona semanal, sin darse cuenta de todo.

Nos recuerda que en su columna RPM explicaba “la incongruencia ideológica de quienes sostienen con una mano medios hipercríticos contra Rajoy, mientras lo ensalzan en otros también de su propiedad” y defiende que RPM decidiera dejar de hacer el “tonto útil” según sus palabra, con su larga y reiterada presencia en un programa “de la izquierda televisiva…un espacio de planteamientos sectarios que parte del apriorismo ideológico”

¿Se ha dado cuenta Vd. que las dos criticas constituyen una irreducible contradicción lógica? ¿Cómo se puede llegar a acusar la misma persona y al mismo tiempo por un lado de sectarismo y apriorismo ideológico y  por otro de incongruencia ideológica?

En su opinión ¿qué obstáculo ha impedido a Ramón Perez Maura de hacer valer su ideario en una tertulia donde podía intervenir libremente y donde unos otros siguen defendiendo sus opiniones liberales y de derecha, sin sentirse tontos útiles? ¿O cree Vd. que lo son?

¿Cómo explicaría Vd. que en una situación diametralmente inversa, Pablo Iglesia haya triunfado rápidamente en canales TV claramente orientados hacia posiciones políticas opuestas a la suya, como Canal 13 e Intereconomía?

¿A qué se debe, a su criterio, que exponentes del PP hayan aceptado intervenir en “Al Rojo Vivo” después de la fusión de LaSexta en Atresmedia? ¿Ellos también son tontos útiles?

¿No cree Vd. que en política el discurso y el personal pueden ser factores de éxito? ¿O cree que al final el elector se lo traga siempre todo, siempre y cuando haya quien se lo haga tragar?

La única explicación es que Vds. conciban el periodismo como una afiliación militante no ya a unos PRINCIPIOS, más bien a unos colores, como en el fútbol; que para Vds. informar es prevalecer, en tiempo y espacio; que la Causa sea para Vds. el efecto. 

Os cuesta entender que la información es democrática si es pluralista y que el pluralismo se garantiza establemente no ya en un medio, más bien con un sistema de medios de distinta orientación editorial (aunque algunos pertenezcan al mismo grupo de empresas) que ofrezcan aproximaciones diferentes al público, permitiéndole de elegir lo que le guste más. Si no fuera así, prosperarían solo los medios afines a una sola causa, a  una sola verdad, a una sola idea, y los demás quebrarían. Y aquí en España la quiebra es una amenaza transversal.

Es la fidelidad a estos principios democráticos y pluralistas que hace que a largos plazos las empresas de comunicación sean rentables y, en virtud de su rentabilidad, libres de las presiones y de los chantajes.

El capital, foráneo o autóctono, busca eso y quienes son capaces de conseguirlo. España es protagonista en el mundo en sectores muy importantes: banca, construcción de infraestructuras, textil, telecos. En la industria de los medios, otros en el mundo lo saben hacer mejor. En lugar de lamentarlo, sugiero que con su inteligencia se dedique a preguntarse   porque todos los editores de periódicos han fracasado en sus intentos de hacer televisión, salvo el Grupo del Sr. Lara.

Me dedica Vd. la última parte de su columna, recordando, si hiciera falta, mis anteriores responsabilidades en Tele 5 y en el Grupo Mediaset y mi militancia en el Partito Comunista Italiano. Le confirmo que he cobrado una nómina del PCI a lo largo de 5 años, hace 30 años; y otra de Silvio Berlusconi a lo largo de 15, hacen ya 14 años.

No creo que Vd. elija médico, cocinero, abogado, taxista o albañil prioritariamente en función de sus afiliaciones políticas. O futbolística;  cosa que a mí, forofo de la Juventus, me ha causado con Berlusconi, dueño del Milan, muchos más líos que la política. 
¿O cree Vd. que todos los directivos de ACS en el mundo sean merengues? ¿O que todos los directores de películas producidas por Enrique Cerezo sean colchoneros?
Se puede administrar una empresa sin coincidir, si uno quiere, con el accionista ni en sus pasiones políticas ni en las futbolísticas. Evidentemente el accionista elige, pero yo nunca he escondido mis preferencias, se lo crea o no.

De toda forma, considero plenamente justificado cualquier prejuicio que mi curriculum, en efecto tan poco habitual, pueda generar, y soy normalmente indulgente en materia.
Presuma y opine Vd. lo que le viene mejor para vivir feliz, pero no sea tan esquemático de dar por descontado todo: acabaría equivocándose mucho y muchas veces.  Si tiene tiempo y gana,  encontrará las pruebas de lo que le digo.

Por ultimo me permito darle un consejo.

En la época digital en la que vivimos, todo deja rastro, todo está grabado. No es tan fácil, como antes, que alguien pueda manipular la verdad “pro domo sua”. 

Se lo digo porque su artículo contiene algunas afirmaciones que no corresponden a la verdad:

1 -  Me imputa Vd. de haber hecho públicos, con bajo estilo, los emolumentos del Sr. Pérez Maura. En realidad fue él el primero en hablar de inconfesables intereses económicos derivados del “axioma periodismo y dinero”.  En principio yo hablé de decenas de miles de € y solamente después que RPM me acusara de mentiroso, documenté el número de sus participaciones; lo que cobran los tertulianos de “Al rojo Vivo” ha sido publicado ya muchas veces, también por el ABC.

2 -  Nunca emplacé RPM a devolver el dinero; le propuse apostar una cena, y él me desafío apostando 30.000€, que donaría a Caritas España, si yo tenía razón. El hecho que el día siguiente don Ramón Pérez Maura donara 30.000 € a Caritas demuestra dos cosas: que yo tenía razón y que él es un Señor.

3 -  RPM ha pagado porque ha perdido una apuesta, incautamente propuesta por su parte, a pesar que avisé que disponía de datos, y porque es un gentleman que, como tal,  asume las consecuencias de sus palabras; niego que tuviese la intención de devolver el dinero legítimamente ganado durante 4 años, ya que la última factura, como el mismo admite,  la entregó al pago unos  días antes de desmarcarse del programa.

Le garantizo que lo que le digo puede ser demostrado irrefutablemente.

Tanto Le debía Sr. Ventoso y me despido con una súplica: si quiere Vd. cuestionar ulteriormente  mis afirmaciones en relación al Sr. Pérez Maura, me gustaría que fuera valiente como el: apueste también Vd. como hacen los gentlemen cuando quieren dirimir una cuestión  de verdad.

Agradecido por el tiempo que me ha dedicado y le saludo obsequiosamente.




EL OUTONTING

Confesar públicamente ser un "tonto"




  
Unos días después de la clamorosa confesión de Jordi Pujol, que se ha declarado públicamente evasor fiscal, hoy otra auto inculpación sacude el mundo de los medios.

Ramón Pérez Maura, adjunto al Director del periódico ABC, ha reconocido haber sido un “tonto”, un “tonto útil” añade un poco presuntuosamente.


En su columna del ABC Pérez Maura reconoce de no haberse dado cuenta, por zote, que en sus apariciones en el programa de LaSexta “Al Rojo Vivo” participaba de protagonista al “juego casi decimonónico (¿) del tonto útil, un concepto político marxista (sic) con el que se define a personas que al defender unos principios acaban convirtiéndose en instrumento de sus rivales”

Pérez Maura, que empezó su colaboración con LaSexta en el 2011, antes de su fusión en Atresmedia, cuando el programa era seguramente más sesgado, al no participar entonces ningún representante del PP, individua en la influencia de los nuevos accionista, y particularmente en el Presidente del Grupo Planeta, el haber transformado esta TV “en la que más ha hecho por cuestionar nuestra democracia”

La prueba consistiría en la aparición, a partir de la fusión,  de “uno o varios políticos de IU, PSOE, ERC y en alguna ocasión de Podemos” entre los invitados.

Lejos de considerar normal que en una tertulia política tengan cabida todas las distintas y opuestas opciones políticas, Pérez Maura imputa tal cambio a un “viejo axioma: periodismo y dinero, condicionando el resultado electoral. El marqués (con referencia a Lara) coloca en sus tertulias a políticos de izquierdas que con sus diatribas contra el sistema dan audiencia a su televisión y esa audiencia da dinero al señor marqués”

Anticipando la lógica objeción que en Atresmedia hay otros canales de diferente orientación editorial, se refugia en la comparación con el semanario El Caso, extinto desde ya 17 años: “En Antena 3 la política nunca tapa un buen suceso”

Pérez Maura cierra la columna confesando “que he sido un tonto útil, pero creo que hay quien merece ese título más que yo, y no lo reconoce”

En esta columna, publicada sin pre aviso y sin que el autor recibiera por parte del programa o de la cadena ninguna censura o limitación a su libertad a lo largo de más de tres años y medio y 120 participaciones, Pérez Maura demuestra de entender muy poco de lo que está pasando en España,  de concebir el periodismo como una militancia, con la pretensión que los medios, más que líneas editoriales, tengan afiliaciones claras y univocas. Se equivoca a considerar LaSexta como la TV nodriza de Podemos, ya que ha sido buena ultima en invitarlos a sus programas y mucho menos frecuentemente que Cuatro. Habla de dinero, olvidando las decenas de miles de euros que ha cobrado por sus participaciones. Reclama a los demás medios una coherencia editorial que su grupo no manifiesta, más allá de estar siempre alineado con quien gobierne, sea quien sea, allí donde se publican sus periódicos.

Por todo esto comparto solo el 50% del núcleo de la columna de Pérez Maura y eso del “tonto” me lo compro, por ser muy convincente.

Lo que rechazo es el atributo “útil”, por presuntuoso, totalmente inmerecido e injustificado.

Si un tertuliano, en más de tres años y en 120 tertulias no se entera de donde está, con quien juega y a qué se juega, creo que con un “tonto” a secas despacharíamos adecuadamente el expediente.

Por otra parte, si un tertuliano, exponiendo sus ideas,  acaba haciendo el juego del contrario, como reconoce Pérez Maura, creo que la definición de “tonto inútil” se imponga por evidencia.

Y finalmente estoy de acuerdo con Ramón Pérez Maura: si existiera un campeonato mundial de tontos y el decidiera participar, probablemente ganaría solamente la segunda plaza. No por no tener méritos, mas bien por “tonto”




jueves, 17 de julio de 2014

TEMPUS FUGIT
el futuro de los telediarios de la noche


(Dedicado con cariño a Macarena P. Lanzas que, a pesar de su crónica marciana de mi intervención, tiene todavía el mérito de haber abierto el debate sobre este tema. Gracias)



Jueves 16 de julio, en un Curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid, donde me habían invitado a dar una conferencia sobre “Las otras pantallas de Televisión”, un alumno de no más de 25 años me preguntó: 

“¿No considera que los informativos de las 21.00 h. lleguen un poquito tarde, cuando todo el mundo ya se ha enterado de todo lo que ha pasado en el día?”

Son almeno seis años que me hago la misma pregunta, frente al lento declive medianamente generalizado de los telediarios de la noche.

Los últimos 15 años han sido caracterizados por la enorme difusión de todo tipo de devices digitales, la explosión de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), la extensión de la capacidad de conexión, la progresiva  y  masiva alfabetización digital, la proliferación de nuevos medios digitales de información.

Todos estos factores han determinado en todo el mundo un cambiamiento radical en la fruición de noticias.

En las últimas décadas, distintos y sucesivos cambios tecnológicos ya habían transformado o hecho desaparecer varios productos informativos.

La transición de la linotipia a la foto-composición y la des-centralización de las plantas de impresión de los ’80/’90, permitieron a los periódicos de la mañana retrasar de varias horas el cierre de su última edición. La consecuencia fue la desaparición de las ediciones de la tarde, los periódicos “vespertinos”, que ya no podían añadir mucho más a lo que habían publicado los matinales.

La proliferación de las publicaciones electrónicas ha sido la principal causa de la progresiva reducción de la prensa especializada, mensuales y trimestrales principalmente.

Internet ha matado la enciclopedia.

La información digital, on-line y con permanentemente actualización, está arrinconando el periódico de papel, imposibilitado a competir en frescura y actualidad, y causando que cada vez parezca más el diario de ayer que de hoy.

Ahora la marea del cambio acaricia la mismísima tele, insidia la “catedral” de la información televisiva, aprieta su principal producto: el telediario de la noche.

Hay que recordar que la receta del éxito de un telediario de la noche siempre ha sido, hasta ahora, hacer un buen resumen de las principales noticias del día, presentadas y redactadas con equilibrio y profesionalidad, bien jerarquizadas, con una pizca de opinión y de vez en cuando con información propia exclusiva.

Los tres principales telediarios españoles son buenos productos, realizados por buenos profesionales, aplicando la misma receta. Tanto es así, que los tres siempre han sido muy similares, por escaleta, por selección de noticias, por duración. Quien ve la TV profesionalmente en una multi-pantalla ha podido comprobar infinitas veces este sincronismo informativo.

Hoy en día pero ocurre que cada vez mas personas consultan con uno de los diferentes dispositivos portátiles, y varias veces al día, una u otra página de información digital, muy a menudo las propias ediciones digitales de los principales periódicos, que alimentan constantemente el nivel de información de esas personas. 
Ocurre que las redes sociales, como Twitter y Facebook, nos mantienen informados constantemente de la evolución de una noticia que nos interesa, a tal punto que podríamos decir que es la noticia que nos busca a nosotros, y no al revés, como hasta ahora.
Ocurre que el ritmo sincopado de la vida en la época digital reduce a pocas horas la vida de una noticia, que al aparecer genera inmediatamente respuestas y reacciones, que la superan y la hacen olvidar.

Ocurre que un resumen de lo que ha pasado en el día ya no corresponde a la nueva demanda de información de un público más informado y propiamente por eso más hambriento de información nueva.

He comparado el telediario de la noche a una invitación a cenar dirigida a quien a esa hora ya ha cenado. Si es un amigo, aceptará y por cortesía picará algo, pero su disponibilidad a repetir lo que le ofrecemos será cada vez menor, ya que ha comido por su cuenta y eligiendo plato a plato lo que más le gusta.

Por eso sostengo que ha llegado el momento de revisar el formato del telediario de la noche, el principal producto informativo de las principales cadenas de televisión, si queremos mantener el liderazgo que la TV ostenta todavía en el panorama de los medios que informan.

No se trata de eliminar los informativos de la noche, como erróneamente titula la crónica de Macarena P. Lanzas; se trata de encontrar respuestas nuevas a una demanda nueva, y no menor, de información televisiva, sin temor a la innovación, con atrevimiento y espíritu de modernidad.

Producir un telediario ya no será llenar un depósito de información suficiente para todo el viaje del día siguiente. Nadie puede pretender conseguir eso, en época digital.

Un buen telediario de la noche será el check point del día: (i) recordar lo principal, (ii) marcar el estado del arte en ese momento y (iii) fijar opiniones. Será un producto ongoing, ofrecido en el momento da máxima audiencia.

No me toca a mí indicar soluciones. Hay profesionales de sobra para concretar este cambio, profesionales que hace 20 años, cuando tenían 30, de un día por otro  pasaron del analógico al digital y se convirtieron en comunicadores capaces de producir integralmente, audio y vídeo incluidos, una noticia de telediario.

No puedo pensar que no vean los mismos peligros que yo y que no sepan encontrar un nuevo camino. La artrosis, que hace rígidas no solo las articulaciones, tiene un potente antídoto: el entusiasmo, para descubrir nuevas fronteras y superarlas.


Vamos: lo de siempre, para  periodistas de raza!