lunes, 8 de septiembre de 2014

BANALIDAD DEL MAL Y MALDAD DE LO BANAL

Todo empieza con un punto en lugar de una coma.

El redactor de la agencia EFE,  valorando el incremento del patrimonio de las 8 mayores  grandes fortunas del país, en lugar de escribir 2.979,065 millones de €, escribió 2. 979.065 millones de €, un error de 100.000%.

A pesar de la evidencia simplemente monumental de tal equivocación, perceptible a gran distancia por cualquiera con un poco de sentido común, ya que el PIB de España es de 1.000.000 de millones de €, los redactores de Expansión y de El Economista, principales periódicos económicos españoles, no se dieron cuenta del error y publicaron la información en sus ediciones digitales del 7 septiembre sin corregirlo.

Hasta aquí podríamos estar hablando de un caso de descuido profesional, de jóvenes becarios inexpertos, de periodismo de corta y pega.

También Publico.es, periódico digital de referencia de la izquierda regeneradora, publicó el dato, en este caso subrayando que la riqueza de las 8 grandes fortunas española triplicaba el PIB nacional. Se fijaron en el dato, no le pareció erróneo, y lo compararon con la riqueza generada en un año por todos los españoles.

Ni la comparación con el PIB introdujo la duda del macroscópico error. Nadie se preguntó como pudiera ser posible que solo 8  familias poseyeran un patrimonio, además limitado a activos mobiliarios, de tal tamaño, tan grande era la gana de meterse con los “ricos” que los obcecaba.

En la ocasión retomaban una de sus campañas preferidas: las Sicav, instrumento de los “ricos” para no pagar impuestos, sin contar que todos podemos comprar cuotas de las Sicav de las Koplovitz, de Amancio Ortega, de Abelló, de Del Pino, y beneficiarnos de su mismo tratamiento fiscal, por cierto el mismo tratamiento de los Fondos de Inversión que tienen en España millones de subscriptores.

Aquí el descuido no vale como escusa, porque la nota de EFE, además del total, daba el elenco de las Sicav y el importe de su capitalización; la más grande no llega a 900 millones de € y simplemente con un vistazo se podía detectar inmediatamente el error.

En el caso de Publico.es valió la antigua regla del periodismo militante: “No dejes que la realidad te estropee un magnifico titular”.

El siguiente nivel de “escalation” en el esperpento lo protagoniza @ahorapodemos, la cuenta en twitter del partido de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Iñigo Errejon, publicando el link del artículo de Publico.es, con un comentario indignado y abriendo la veda a la cacería, con cientos y cientos de twitts atribuyendo genéricamente a los “ricos” las causas de todos los males de España.

También Gaspár Llamazares no se resistió a la tentación de cabalgar el tigre de la protesta, cayendo en un error imperdonable para quien es diputado desde el año 1991

Vis polémica, sarcasmos, indignación autentica, protesta violenta y (la madre de todos los tontos siempre está embarazada) insultos y amenazas, todo traía energía de la afirmación, fantasiosamente falsa, que 8 familias poseían una fortuna igual al PIB de España e Italia juntas.

Y todo porque un redactor de EFE puso un punto adonde debía de estar una coma.

Elevada a nivel político, la anécdota deja de serlo, porque la incapacidad de detectar un error de 1.000 veces la realidad inhibe cualquier legitimación a dirigir la cosa pública, por manifiesta carencia de sentido común.

¿Comprarías un coche de un vendedor que te dijera que consuma 8.000 litros de gasolina por 100 km?

¿Te fiarías de un médico que te diagnosticara una gripe y te pronosticara recuperarte en 20 años?

¿Pagarías una factura de 1.000.000 de €, si el presupuesto preventivo era de 1.000 €?


¿Cómo puede un político, que pretende gobernar el país, cometer un error de este tamaño, no darse cuenta, intentar utilizarlo en la polémica política y no caérsele la cara por la vergüenza cuando se destapa?

viernes, 22 de agosto de 2014

LA JAURIA TUITTERA
Como un medio de libertad se convierte en un peligro

El caso de la “violación de Málaga”, cinco jóvenes gitanos acusados de violar una azafata en una noche de feria, generó inmediatamente, y comprensiblemente, las reacciones del twitter-people, indignado contra un episodio, uno más, de violencia a la mujer.

La decisión del juez encargado del caso (una juez, una mujer) de dejar libres con cargos a los tres imputados mayores de edad, en lugar de sugerir cautela  en la reconstrucción y en la valoración de las opuestas versiones de los hechos, desencadenó una oleada de protestas, de críticas en las redes sociales, que a menudo se transformaron en un verdadero linchamiento mediático de los “presuntos” violadores, de la juez, del alcalde que había incautamente aconsejado prudencia, y de la etnia gitana en general.

En twitter nadie intervino para levantar la duda que las cosas podían haber ocurrido de otra manera. La tónica, de hora en hora más tórrida, era gritar al escándalo político (el alcalde), judicial (la juez) y social (los gitanos).

Personas, hasta personalidades, de indudable categoría moral y profesional no tardaron en sumarse a la “indignación general” que vertía inmensa cantidad de insultos, descalificaciones, amenazas a través de las redes sociales. Se llegó al extremo de acusar de complicidad en la violación a un programa de televisión por haber permitido a los acusados de proclamar su inocencia.

Y más allá de la crónica del suceso y de las valoraciones, lo que se expresaba con cínico sarcasmo era una “violencia virtual”, no menos peligrosa de una agresión física, basada en el conformismo, en el anonimato, en la participación multitudinaria.  La versión digital, y de masa, de la Hybris de los griegos antiguos, este instinto violento incontrolable que tiene la fuerza del fuego que purifica, el reo y su verdugo.

Solamente 24 horas después la juez, con la conformidad del fiscal, archivaba la denuncia y dejaba libres y sin cargos todos los acusados. Un vídeo, la grabación del episodio, y unos cuantos testigos confirmaban, más allá de cualquier duda, que se había tratado de un acto consentido entre adultos.

Vale la pena considerar la circunstancia que, dada la situación, la decisión tomada por los magistrados, por muy fundamentada, no dejaba de ser además muy valiente; un valor sin ninguna duda apoyado en la absoluta certeza que la decisión que tomaban era no la mejor, si no la única que jueces dignos de este nombre podían tomar.

¿Qué impacto ha producido en las redes sociales una tan sorprendente evolución de los hechos?

La reacción predominante fue el silencio.

En las siguientes 24 horas, salvos unos cuantos que seguían despotricando en teorías conspirativas, hasta lanzar, siempre vía twitter, una petición popular para exigir la re-apertura del caso, casi nadie de los miles asaltantes del día anterior consideró oportuno rectificar. Si lo hizo Arturo Pérez Reverte, con humildad y estilo propio.

Ni siquiera la solicitación explicita y directa a rectificar, simplemente postando el hastag #perdonMalaga, dirigida a algunos de los más eminentes entre los miles de linchadores digitales, conseguía casi ningún efecto. Muchos, casi todos, han preferido ocultar con el silencio su propio error, aun sabiendo que habían contribuido a la posible destrucción social de cinco chavales y de servidores públicos, culpables de ser inocentes los unos y leales a su juramento los otros.

A estos vanidosos y cobardes conformistas les quiero recordar que en época digital todo deja rastro y que su infamia quedará imborrable, si no procuraran enmendarla con un gesto inequívoco de disculpa.



Considero significativo y muy grave este episodio que demuestra inapelablemente que la libertad, la justicia, el honor son conceptos íntimos, individuales; que no existe, ni puede existir, ningún instrumento que los pueda defender de quien no los siente interiormente; que la “masa”, mimetizarse en la masa,  todavía sigue siendo la coartada de los conformistas; que ir en contra de la corriente es muy incomodo, especialmente cuando la corriente es impetuosa y lo arrastra todo; que twitter y la demás redes sociales, pueden ser una gran palanca de libertad, pero también un feroz instrumento de vejación.  

jueves, 31 de julio de 2014


TENGO UNA CARTA PARA TI

carta abierta a un columnista del ABC



Estimado Sr. Luis Ventoso,

Firma Vd. una opinión titulada “PRINCIPIOS,TODAVIA!” que me permitirá comentar públicamente, por haberla Vd. publicada en la edición de hoy del periódico ABC. No he utilizado los medios del Grupo porque yo tengo otro estilo para resolver estas cuestiones.

Entre otras cosas, nos recuerda Vd. que su colega Ramón Pérez Maura anunció, en una columna análoga a la suya, su decisión de abandonar la colaboración con el programa “Al Rojo Vivo” de LaSexta, iniciada por otra parte casi 4 años antes y mantenida ininterrumpidamente con una media de casi una aparición por semana, la última de las cuales se produjo solo seis días antes de hacer directamente pública su renuncia, sin dar previamente ninguna motivación al director y presentador del programa.

Lo que no nos cuentan, ni RPM ni Vd. es que, a lo largo de sus 120 libres y voluntarias participaciones al programa, el Sr. Pérez Maura,  como todos lo demás tertuliano de LaSexta y de cualquier otro medio de Atresmedia, ha podido expresar libremente sus ideas y sus argumentos, sin que nadie le coaccionara en un sentido u otro. De no ser así, no habría seguido participando a una encerrona semanal, sin darse cuenta de todo.

Nos recuerda que en su columna RPM explicaba “la incongruencia ideológica de quienes sostienen con una mano medios hipercríticos contra Rajoy, mientras lo ensalzan en otros también de su propiedad” y defiende que RPM decidiera dejar de hacer el “tonto útil” según sus palabra, con su larga y reiterada presencia en un programa “de la izquierda televisiva…un espacio de planteamientos sectarios que parte del apriorismo ideológico”

¿Se ha dado cuenta Vd. que las dos criticas constituyen una irreducible contradicción lógica? ¿Cómo se puede llegar a acusar la misma persona y al mismo tiempo por un lado de sectarismo y apriorismo ideológico y  por otro de incongruencia ideológica?

En su opinión ¿qué obstáculo ha impedido a Ramón Perez Maura de hacer valer su ideario en una tertulia donde podía intervenir libremente y donde unos otros siguen defendiendo sus opiniones liberales y de derecha, sin sentirse tontos útiles? ¿O cree Vd. que lo son?

¿Cómo explicaría Vd. que en una situación diametralmente inversa, Pablo Iglesia haya triunfado rápidamente en canales TV claramente orientados hacia posiciones políticas opuestas a la suya, como Canal 13 e Intereconomía?

¿A qué se debe, a su criterio, que exponentes del PP hayan aceptado intervenir en “Al Rojo Vivo” después de la fusión de LaSexta en Atresmedia? ¿Ellos también son tontos útiles?

¿No cree Vd. que en política el discurso y el personal pueden ser factores de éxito? ¿O cree que al final el elector se lo traga siempre todo, siempre y cuando haya quien se lo haga tragar?

La única explicación es que Vds. conciban el periodismo como una afiliación militante no ya a unos PRINCIPIOS, más bien a unos colores, como en el fútbol; que para Vds. informar es prevalecer, en tiempo y espacio; que la Causa sea para Vds. el efecto. 

Os cuesta entender que la información es democrática si es pluralista y que el pluralismo se garantiza establemente no ya en un medio, más bien con un sistema de medios de distinta orientación editorial (aunque algunos pertenezcan al mismo grupo de empresas) que ofrezcan aproximaciones diferentes al público, permitiéndole de elegir lo que le guste más. Si no fuera así, prosperarían solo los medios afines a una sola causa, a  una sola verdad, a una sola idea, y los demás quebrarían. Y aquí en España la quiebra es una amenaza transversal.

Es la fidelidad a estos principios democráticos y pluralistas que hace que a largos plazos las empresas de comunicación sean rentables y, en virtud de su rentabilidad, libres de las presiones y de los chantajes.

El capital, foráneo o autóctono, busca eso y quienes son capaces de conseguirlo. España es protagonista en el mundo en sectores muy importantes: banca, construcción de infraestructuras, textil, telecos. En la industria de los medios, otros en el mundo lo saben hacer mejor. En lugar de lamentarlo, sugiero que con su inteligencia se dedique a preguntarse   porque todos los editores de periódicos han fracasado en sus intentos de hacer televisión, salvo el Grupo del Sr. Lara.

Me dedica Vd. la última parte de su columna, recordando, si hiciera falta, mis anteriores responsabilidades en Tele 5 y en el Grupo Mediaset y mi militancia en el Partito Comunista Italiano. Le confirmo que he cobrado una nómina del PCI a lo largo de 5 años, hace 30 años; y otra de Silvio Berlusconi a lo largo de 15, hacen ya 14 años.

No creo que Vd. elija médico, cocinero, abogado, taxista o albañil prioritariamente en función de sus afiliaciones políticas. O futbolística;  cosa que a mí, forofo de la Juventus, me ha causado con Berlusconi, dueño del Milan, muchos más líos que la política. 
¿O cree Vd. que todos los directivos de ACS en el mundo sean merengues? ¿O que todos los directores de películas producidas por Enrique Cerezo sean colchoneros?
Se puede administrar una empresa sin coincidir, si uno quiere, con el accionista ni en sus pasiones políticas ni en las futbolísticas. Evidentemente el accionista elige, pero yo nunca he escondido mis preferencias, se lo crea o no.

De toda forma, considero plenamente justificado cualquier prejuicio que mi curriculum, en efecto tan poco habitual, pueda generar, y soy normalmente indulgente en materia.
Presuma y opine Vd. lo que le viene mejor para vivir feliz, pero no sea tan esquemático de dar por descontado todo: acabaría equivocándose mucho y muchas veces.  Si tiene tiempo y gana,  encontrará las pruebas de lo que le digo.

Por ultimo me permito darle un consejo.

En la época digital en la que vivimos, todo deja rastro, todo está grabado. No es tan fácil, como antes, que alguien pueda manipular la verdad “pro domo sua”. 

Se lo digo porque su artículo contiene algunas afirmaciones que no corresponden a la verdad:

1 -  Me imputa Vd. de haber hecho públicos, con bajo estilo, los emolumentos del Sr. Pérez Maura. En realidad fue él el primero en hablar de inconfesables intereses económicos derivados del “axioma periodismo y dinero”.  En principio yo hablé de decenas de miles de € y solamente después que RPM me acusara de mentiroso, documenté el número de sus participaciones; lo que cobran los tertulianos de “Al rojo Vivo” ha sido publicado ya muchas veces, también por el ABC.

2 -  Nunca emplacé RPM a devolver el dinero; le propuse apostar una cena, y él me desafío apostando 30.000€, que donaría a Caritas España, si yo tenía razón. El hecho que el día siguiente don Ramón Pérez Maura donara 30.000 € a Caritas demuestra dos cosas: que yo tenía razón y que él es un Señor.

3 -  RPM ha pagado porque ha perdido una apuesta, incautamente propuesta por su parte, a pesar que avisé que disponía de datos, y porque es un gentleman que, como tal,  asume las consecuencias de sus palabras; niego que tuviese la intención de devolver el dinero legítimamente ganado durante 4 años, ya que la última factura, como el mismo admite,  la entregó al pago unos  días antes de desmarcarse del programa.

Le garantizo que lo que le digo puede ser demostrado irrefutablemente.

Tanto Le debía Sr. Ventoso y me despido con una súplica: si quiere Vd. cuestionar ulteriormente  mis afirmaciones en relación al Sr. Pérez Maura, me gustaría que fuera valiente como el: apueste también Vd. como hacen los gentlemen cuando quieren dirimir una cuestión  de verdad.

Agradecido por el tiempo que me ha dedicado y le saludo obsequiosamente.




EL OUTONTING

Confesar públicamente ser un "tonto"




  
Unos días después de la clamorosa confesión de Jordi Pujol, que se ha declarado públicamente evasor fiscal, hoy otra auto inculpación sacude el mundo de los medios.

Ramón Pérez Maura, adjunto al Director del periódico ABC, ha reconocido haber sido un “tonto”, un “tonto útil” añade un poco presuntuosamente.


En su columna del ABC Pérez Maura reconoce de no haberse dado cuenta, por zote, que en sus apariciones en el programa de LaSexta “Al Rojo Vivo” participaba de protagonista al “juego casi decimonónico (¿) del tonto útil, un concepto político marxista (sic) con el que se define a personas que al defender unos principios acaban convirtiéndose en instrumento de sus rivales”

Pérez Maura, que empezó su colaboración con LaSexta en el 2011, antes de su fusión en Atresmedia, cuando el programa era seguramente más sesgado, al no participar entonces ningún representante del PP, individua en la influencia de los nuevos accionista, y particularmente en el Presidente del Grupo Planeta, el haber transformado esta TV “en la que más ha hecho por cuestionar nuestra democracia”

La prueba consistiría en la aparición, a partir de la fusión,  de “uno o varios políticos de IU, PSOE, ERC y en alguna ocasión de Podemos” entre los invitados.

Lejos de considerar normal que en una tertulia política tengan cabida todas las distintas y opuestas opciones políticas, Pérez Maura imputa tal cambio a un “viejo axioma: periodismo y dinero, condicionando el resultado electoral. El marqués (con referencia a Lara) coloca en sus tertulias a políticos de izquierdas que con sus diatribas contra el sistema dan audiencia a su televisión y esa audiencia da dinero al señor marqués”

Anticipando la lógica objeción que en Atresmedia hay otros canales de diferente orientación editorial, se refugia en la comparación con el semanario El Caso, extinto desde ya 17 años: “En Antena 3 la política nunca tapa un buen suceso”

Pérez Maura cierra la columna confesando “que he sido un tonto útil, pero creo que hay quien merece ese título más que yo, y no lo reconoce”

En esta columna, publicada sin pre aviso y sin que el autor recibiera por parte del programa o de la cadena ninguna censura o limitación a su libertad a lo largo de más de tres años y medio y 120 participaciones, Pérez Maura demuestra de entender muy poco de lo que está pasando en España,  de concebir el periodismo como una militancia, con la pretensión que los medios, más que líneas editoriales, tengan afiliaciones claras y univocas. Se equivoca a considerar LaSexta como la TV nodriza de Podemos, ya que ha sido buena ultima en invitarlos a sus programas y mucho menos frecuentemente que Cuatro. Habla de dinero, olvidando las decenas de miles de euros que ha cobrado por sus participaciones. Reclama a los demás medios una coherencia editorial que su grupo no manifiesta, más allá de estar siempre alineado con quien gobierne, sea quien sea, allí donde se publican sus periódicos.

Por todo esto comparto solo el 50% del núcleo de la columna de Pérez Maura y eso del “tonto” me lo compro, por ser muy convincente.

Lo que rechazo es el atributo “útil”, por presuntuoso, totalmente inmerecido e injustificado.

Si un tertuliano, en más de tres años y en 120 tertulias no se entera de donde está, con quien juega y a qué se juega, creo que con un “tonto” a secas despacharíamos adecuadamente el expediente.

Por otra parte, si un tertuliano, exponiendo sus ideas,  acaba haciendo el juego del contrario, como reconoce Pérez Maura, creo que la definición de “tonto inútil” se imponga por evidencia.

Y finalmente estoy de acuerdo con Ramón Pérez Maura: si existiera un campeonato mundial de tontos y el decidiera participar, probablemente ganaría solamente la segunda plaza. No por no tener méritos, mas bien por “tonto”




jueves, 17 de julio de 2014

TEMPUS FUGIT
el futuro de los telediarios de la noche


(Dedicado con cariño a Macarena P. Lanzas que, a pesar de su crónica marciana de mi intervención, tiene todavía el mérito de haber abierto el debate sobre este tema. Gracias)



Jueves 16 de julio, en un Curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid, donde me habían invitado a dar una conferencia sobre “Las otras pantallas de Televisión”, un alumno de no más de 25 años me preguntó: 

“¿No considera que los informativos de las 21.00 h. lleguen un poquito tarde, cuando todo el mundo ya se ha enterado de todo lo que ha pasado en el día?”

Son almeno seis años que me hago la misma pregunta, frente al lento declive medianamente generalizado de los telediarios de la noche.

Los últimos 15 años han sido caracterizados por la enorme difusión de todo tipo de devices digitales, la explosión de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), la extensión de la capacidad de conexión, la progresiva  y  masiva alfabetización digital, la proliferación de nuevos medios digitales de información.

Todos estos factores han determinado en todo el mundo un cambiamiento radical en la fruición de noticias.

En las últimas décadas, distintos y sucesivos cambios tecnológicos ya habían transformado o hecho desaparecer varios productos informativos.

La transición de la linotipia a la foto-composición y la des-centralización de las plantas de impresión de los ’80/’90, permitieron a los periódicos de la mañana retrasar de varias horas el cierre de su última edición. La consecuencia fue la desaparición de las ediciones de la tarde, los periódicos “vespertinos”, que ya no podían añadir mucho más a lo que habían publicado los matinales.

La proliferación de las publicaciones electrónicas ha sido la principal causa de la progresiva reducción de la prensa especializada, mensuales y trimestrales principalmente.

Internet ha matado la enciclopedia.

La información digital, on-line y con permanentemente actualización, está arrinconando el periódico de papel, imposibilitado a competir en frescura y actualidad, y causando que cada vez parezca más el diario de ayer que de hoy.

Ahora la marea del cambio acaricia la mismísima tele, insidia la “catedral” de la información televisiva, aprieta su principal producto: el telediario de la noche.

Hay que recordar que la receta del éxito de un telediario de la noche siempre ha sido, hasta ahora, hacer un buen resumen de las principales noticias del día, presentadas y redactadas con equilibrio y profesionalidad, bien jerarquizadas, con una pizca de opinión y de vez en cuando con información propia exclusiva.

Los tres principales telediarios españoles son buenos productos, realizados por buenos profesionales, aplicando la misma receta. Tanto es así, que los tres siempre han sido muy similares, por escaleta, por selección de noticias, por duración. Quien ve la TV profesionalmente en una multi-pantalla ha podido comprobar infinitas veces este sincronismo informativo.

Hoy en día pero ocurre que cada vez mas personas consultan con uno de los diferentes dispositivos portátiles, y varias veces al día, una u otra página de información digital, muy a menudo las propias ediciones digitales de los principales periódicos, que alimentan constantemente el nivel de información de esas personas. 
Ocurre que las redes sociales, como Twitter y Facebook, nos mantienen informados constantemente de la evolución de una noticia que nos interesa, a tal punto que podríamos decir que es la noticia que nos busca a nosotros, y no al revés, como hasta ahora.
Ocurre que el ritmo sincopado de la vida en la época digital reduce a pocas horas la vida de una noticia, que al aparecer genera inmediatamente respuestas y reacciones, que la superan y la hacen olvidar.

Ocurre que un resumen de lo que ha pasado en el día ya no corresponde a la nueva demanda de información de un público más informado y propiamente por eso más hambriento de información nueva.

He comparado el telediario de la noche a una invitación a cenar dirigida a quien a esa hora ya ha cenado. Si es un amigo, aceptará y por cortesía picará algo, pero su disponibilidad a repetir lo que le ofrecemos será cada vez menor, ya que ha comido por su cuenta y eligiendo plato a plato lo que más le gusta.

Por eso sostengo que ha llegado el momento de revisar el formato del telediario de la noche, el principal producto informativo de las principales cadenas de televisión, si queremos mantener el liderazgo que la TV ostenta todavía en el panorama de los medios que informan.

No se trata de eliminar los informativos de la noche, como erróneamente titula la crónica de Macarena P. Lanzas; se trata de encontrar respuestas nuevas a una demanda nueva, y no menor, de información televisiva, sin temor a la innovación, con atrevimiento y espíritu de modernidad.

Producir un telediario ya no será llenar un depósito de información suficiente para todo el viaje del día siguiente. Nadie puede pretender conseguir eso, en época digital.

Un buen telediario de la noche será el check point del día: (i) recordar lo principal, (ii) marcar el estado del arte en ese momento y (iii) fijar opiniones. Será un producto ongoing, ofrecido en el momento da máxima audiencia.

No me toca a mí indicar soluciones. Hay profesionales de sobra para concretar este cambio, profesionales que hace 20 años, cuando tenían 30, de un día por otro  pasaron del analógico al digital y se convirtieron en comunicadores capaces de producir integralmente, audio y vídeo incluidos, una noticia de telediario.

No puedo pensar que no vean los mismos peligros que yo y que no sepan encontrar un nuevo camino. La artrosis, que hace rígidas no solo las articulaciones, tiene un potente antídoto: el entusiasmo, para descubrir nuevas fronteras y superarlas.


Vamos: lo de siempre, para  periodistas de raza!

martes, 6 de mayo de 2014

DURA LEX

Ayer, a media noche, en España, se apagó una tercera parte de la oferta privada de televisión; un apagón sin precedentes, probablemente el más grande de la historia.

Nueve de los 24 canales nacionales de TDT han desaparecido de nuestra pantalla por una orden del Gobierno que, por boca de su ministro de Industria, “solamente se ha limitado a aplicar una sentencia del Tribunal Supremo del 2012”.

Nadie explica que la sentencia condena precisamente al Gobierno y reconoce que las empresas cumplieron todas y cada una de sus obligaciones en la transición de analógico al digital, tanto que admite su derecho a pedir una indemnización al Estado.

El Tribunal Supremo ha constatado que la concesión del 16 julio del 2010 a cada operador de un multiplex digital, con posibilidad de emitir cuatro programas TDT en lugar de solo uno analógico, es posterior en 10 semanas a la aprobación de la Ley General de Comunicación Audiovisual, que exige un concurso público para cualquier nuevo canal de televisión. Una desatención del departamento legislativo del gobierno de entonces, que una simple disposición transitoria hubiera saneado, como el propio Tribunal reconoce, si se lee su sentencia.

Por esta razón, y no por otras, el Tribunal estimó en esta ocasión el recurso presentado y no uno análogo, que el mismo recurrente interpuso hace unos años, antes de la aprobación de la LGCA, y que fue entonces rechazado por la misma sala.

Esta, en definitiva, es la causa del cierre de nueve canales.

Insignes juristas han criticado el “excesivo” formalismo aplicado por la sala tercera del Tribunal Supremo; valga por todos el artículo publicado por D. Tomas de la Quadra-Salcedo, ya ministro de Justicia y Presidente del Consejo de Estado.

Y por tratarse propiamente de un “vicio formal”, Uteca, la asociación de las TV comerciales, propuso al Ministerio de Industria la aprobación de un Real Decreto Ley retroactivo para subsanar la situación, como el mismo ministerio había hecho en al menos otra ocasión, en el sector de la energía.

Pero para la televisión privada no ha sido así.

En la polémica de estos días, muchos han invocado el “Dura lex, sed lex”, lema del derecho romano que define el principio de seguridad jurídica: si hay una ley, por dura que sea, se aplica igual para todos.

Son los que definen un “regalo” del Gobierno de ZP a “sus amigos” al haber concedido a las empresas nada menos que el espectro que ya tenían (ni un solo mega hertzio más), o imputándole la concesión de “nuevas” licencias (eran seis y siguen siendo seis).

No hubo concesión ni de más espectro, ni de más licencias; ni hubo trato preferente para uno u otro de los operadores.

¿De qué hubiera tenido que tratar el concurso que se invoca?

¿Se consideraban pocos seis operadores privados y dos públicos, prácticamente el doble de cualquier otro país de la UE?

¿Por qué sancionar el esfuerzo económico, financiero y empresarial de las empresas que, multiplicando su oferta de canales (casi todos gratuitos) han permitido una transición modélica al digital?

¿Por qué castigar la colaboración del sector televisivo privado que, con la multiplicación de su oferta de canales, asumía un incremento de gastos, sin ninguna correspondiente subida de ingresos publicitarios?

Y sobre todo: ¿por qué exigir al sector un esfuerzo a cambio de una contrapartida y, 8 años después, revocarla porque el propio Estado ha cometido un error formal?

Más que de “Dura lex, sed lex” tendríamos que hablar de “Dura lex, sed lax”: una ley dura, pero falaz!

Hoy ya se ha cumplido la sentencia y vuelve la política. Y el Gobierno no puede seguir escudándose en el Tribunal Supremo.

Ahora el gobierno tiene que gobernar, y decirnos como quiere evitar que otro recurso, el tercero interpuesto por el mismo recurrente, que amenaza a la supervivencia de otro ocho canales, pueda generar otra sentencia similar, que puede llevarnos a un retroceso de 25 años en el panorama televisivo español, pasando de 24 a solamente 7 canales de TDT, sin intervención de la política, solamente por vía judicial.


Todos, ciudadanos, empresas, fuerzas políticas, sociedad civil, tenemos derecho a conocer cuál es el proyecto de futuro que este Gobierno quiera para la televisión privada, el motor del sector audiovisual y de las TIC

martes, 15 de abril de 2014

MUERTO EL PERRO SE ACABO' LA RABIA




Faltan todavía 21 días para que 9 canales de TDT tengan que cesar sus emisiones por orden suya, y Víctor Calvo Sotelo Ibáñez Martin ya anuncia, en una entrevista en El Economista de hoy, que podrían cerrar 8 canales más.
Y lo dice con un toque de thriller suspensivo, avisando a las empresas televisivas privadas de lo que les puede pasar, con el tono de uno, uno cualquiera, que pasa casualmente por allí y comenta la cosa como si no fuera cosa suya.

Parece Víctor Calvo Sotelo Ibáñez Martin no darse cuenta que si las empresas privadas están metidas en este lío, y en el todavía más grande que el mismo pre-anuncia, es solamente porque el Estado español, quien le paga la nómina, metió la pata en lo que solo el estado puede hacer: las leyes. El Gobierno, el anterior matiza Víctor Calvo Sotelo Ibáñez (como si estuviéramos en una república bolivariana que no reconoce los compromisos anteriores), cometió errores formales que causaron una sentencia del Tribunal Supremo, y él se limita a aplicarla.

Y cierra 9 canales TDT, como un veterinario que, llamado a curar 9 perros de la rabia sobrevenida por un error de un colega, no encuentra otra cura que matarlos, por el noto principio hipocrático que “muerto el perro, se acabó la rabia”.

Así parece que Víctor Calvo Sotelo Ibáñez  no se dé cuenta que él, precisamente él, Secretario de Estado de Telecomunicaciones, es la autoridad que tiene la responsabilidad más directa en arreglar este desaguisado cada día más monumental. La sentencia del Tribunal Supremo, que él se limita a aplicar, reconoce que las empresas cumplieron todas y cada una de las obligaciones impuestas por el Estado y no tienen responsabilidad alguna. Además, como el mismísimo Víctor Calvo Sotelo Ibáñez  reconoce en otra entrevista, las empresas tendrían derecho a pedir una cuantiosa indemnización por los daños y prejuicios que el Estado les haya podido causar.

¿Y por qué este veterinario no aplica una cura para salvar los 9 perros a los que su antecesor les infectó la rabia, evitando de esta forma que el Estado pague robustas indemnizaciones con el dinero de los contribuyentes?  ¿A caso no existe curación posible?

Los dueños de los 9 perros le sugirieron una solución, pero el Secretario de Estado contestó que la Unión Europea podría no estar de acuerdo y citó “el caso Francés” que, dicho sea de paso, no tiene nada que ver con la rabia, como otros muy reconocidos galenos le hicieron notar.

“Es que la cura que proponéis es de dudosa legalidad” insistió Víctor Calvo Sotelo. Pero ¿si la aplicasteis vosotros, en la misma consulta veterinaria, y con éxito, hace poco, en Bilbao? ¿Cómo puede ser la vacuna de dudosa legalidad en Madrid y perfectamente legal en Bilbao?

“Ya no estamos a tiempo para salvarlos, han pasado 18 meses, ya no se pueden curar” concluye Víctor Calvo Sotelo, el propio veterinario que ha tenido los 9 perros constantemente controlados y que nada ha hecho en año y medio.

A los perros no les queda esperanza: el veterinario ha decidido que tienen que morir, aunque fácil sería solucionar la rabia con una vacuna que él se niega, en este caso, en aplicar.

Y ahora Víctor Calvo anuncia descuidadamente que la epidemia de rabia se expande y podría matar a otros 8 perros y dice de la posible nueva sentencia del Tribunal Supremo “que este puente lo cruzaremos cuando lleguemos a él”.

Podría uno pensar que Víctor sea un incompetente, o un vago, o un irresponsable, por combatir la rabia matando perros.

Pero no es así.

Víctor sabe exactamente lo que hace y persigue una misión. Su misión no es curar la rabia; su objetivo es matar perros.

Cuando ingresó en el Gobierno como Secretario de Estado, su primera preocupación fue convocar todos los dueños de TDT (había 24 TDT) y les presentó una propuesta muy peculiar. Aunque entonces no había todavía sentencia del Tribunal Supremo, Víctor propuso matar una TDT cada dos, pasar de 24 a 12, para facilitar el Dividendo Digital, adelantarlo de 1 año, ahorrarse casi 1.000 millones que el Estado había ya ingresado de las Telecos y que pero se habían gastado en otros asuntos, y de paso apuntarse una medalla.

Los dueños, que querían a sus TDT, le contestaron que ni hablar de sacrificar, así sin razón, 12 TDT y Víctor tuvo que retirar de mala gana la propuesta. Y cuando, unos meses más tarde, llegó la sentencia del Tribunal Supremo que condenaba el Gobierno por haber infectados a 9 TDT, Víctor intuyó que ésta podía ser la solución para su problema. Y ahora espera que la epidemia se propague más y que la rabia acabe diezmando las TDT.

La TDT, televisión gratuita, que se recibe con una antena sencilla, que todo el mundo ve un promedio de 4 horas al día,  ha sido uno de los éxitos internacionales de España, el primer país europeo en introducirla, permitiendo que los españoles recibieran programas de entretenimiento, de información de distinta tendencia, de cine, de documentales, de animación, de telenovelas, de series americanas, de deporte. Todo gratuitamente.

También a Víctor  le gusta la TDT, unas más que otras, y por supuesto le gustaría tener más de las que le gustan, sustituyendo a algunas que no le gustan; pero como Secretario de Estado de TLC le preocupa la televisión de pago, que sufre la competencia de una TDT tan variada y tan gratuita; le preocupa la televisión pública, cada día más en crisis de audiencia y económica, a pesar de estar financiada propio por las TDT; le preocupan las Telecos y su modelo de negocio futuro, que se expandiría mucho más, si para ver la televisión fuera necesario contratar el triple-play de una telefónica.

Para eso se está trabajando, para reducir la TV gratuita a un producto limitado, preferentemente público, para transferir todo lo más interesante de la TV gratuita a la TV de pago; para que, con la excusa del progreso, sea indispensable pagar a una compañia telefonica, también para ver la TV gratuita.


¿Y porqué extrañarse de todo esto? De los últimos cinco Secretarios de Estado de Telecomunicaciones, tres pasaron por Telefónica.

sábado, 29 de marzo de 2014

EL AVION QUE ERA UN REMOLCADOR



El caso del amerizaje de emergencia de un avión  en Canarias, que resultó ser un remolcador que flotaba perfectamente, merece una profundización para explicar porqué, más que un avión, fue media profesión periodística del país a precipitarse, al dar una dramática noticia que en 10 minutos resultó ser completamente  falsa.

Como todo el mundo ya sabe, un twitt del 112 Emergencias de Canarias, que alertaba que un avión flotaba en el mar, desencadenó una reacción en cadena que, entre muchos y más graves efectos, procuró un enorme dolor de cabeza a medios de comunicación, agencias de noticias, renombrados comunicadores, periodistas veteranos e improvisados que se precipitaron, ellos si, a retwittear la presunta noticia.

En pocos minutos nos “informaban” que el avión era un Boeing 737; que pertenecía a la flota Tui; que había despegado unos minutos antes del aeropuerto de Tenerife; que había amerizado en frente a la playa de Telde; que ya había una foto en la red donde se veía claramente el avión flotando en la mar.

Solo 9 minutos después ya llegaba el desmentido oficial: no había ningún avión flotando; lo que flotaba, perfectamente, era un remolcador que transportaba una grúa amarilla, que alguien confundió con la silueta de un avión en la mar.

Todos los que se habían precipitado a “informar” de un posible desastre aéreo de grandes proporciones, sin contrastar adecuadamente la veracidad de la noticia que estaban difundiendo, se precipitaron otra vez en adosarle toda la responsabilidad del único verdadero desastre del día al 112 Emergencias de Canarias.
“Era una fuente oficial” dijo alguien, “¿cómo dudar de su veracidad?”.  “¿Qué culpa tenemos si era un bulo?”

Lo que hace del periodista y del cartero dos profesiones muy distintas es la circunstancia que mientras el primero sabe  lo que dice o escribe, y lo dice y lo escribe a sus seguidores garantizándoles que es verdad, el segundo se limita a tramitar la comunicación que le confía el remitente para que la entregue al destinatario, sin darse mínimamente cuenta del contenido que entrega por cuenta de un remitente que no conoce.
El periodista, al contrario, elige sus fuentes libremente, las acredita según su juicio, se hace garante con sus lectores de su fiabilidad y responde en primera persona de lo que difunde.

La verdadera característica de un periodista de verdad es que no cuenta tonterías, ni las suyas ni las de los demás.
Cuando un periodista decide difundir como propia una información que le llega de una fuente, automáticamente pone en juego con sus seguidores su credibilidad profesional, no la de la fuente.


En el caso en cuestión, la noticia no fue: “112 Emergencias de Canarias comunica…”. En muchísimos caso se difundió directamente, avalando en primera persona una noticia sin una averiguación directa, la que todo periodista habría tenido que imponerse rigurosamente, tratándose de un supuesto desastre con muchísimas posibles víctimas, y que resultó ser un espejismo fotográfico, y fu desmentida en pocos minutos por quien habría tenido que ser interpelado por los medios, antes de difundirla.

Por eso los periodistas de verdad no pueden echarle el muerto encima al 112 Emergencias de Canarias, que tiene indudablemente mucha responsabilidad; porqué la decisión de difundir lo que en unos minutos resultaría  ser una tontería, la tomaron ellos, sin preocuparse suficientemente de contrastar si era o no cierto.

Todo esto pasó porque en época digital decir una tontería parece menos grave que llegar tarde. Parece, no sin la vanidad de la ante-prima y de la exclusiva que tanto perjudican la calidad de la información, que  rectificar, hasta al desmentido total, descalifica menos que decir una tontería.


Y las tonterías, ni propias ni ajenas, no van con la profesión. Mejor hubiese sido pedir humildemente perdón y callarse hasta la próxima vez que vaya a pasar lo mismo.

jueves, 6 de marzo de 2014

HETEROGENESIS DE LOS FINES

Publico, por primera vez y 19 meses después de escribirla, una reflexión generada por la decisión de la hoy desaparecida Comisión Nacional de la Competencia de condicionar el proyecto de fusión entre Antena 3 Television y LaSexta de tal forma de hacerla inviable.
Decidí entonces no publicarla por la extremada delicadeza del momento y para no levantar una polémica mientras todavía estaba abierto el tramite de autorizaciónPosteriormente el Gobierno autorizó esta fusión, aplicando las mismas condiciones que la CNC había aceptado en el caso de la anterior fusión entre Telecinco y Cuatro. 
Hago publica ahora esta reflexión para confutar la tesis que la autorización del Gobierno pueda considerarse un "favor", como muchos siguen afirmando, y para defender que fue una decisión correcta, la única que podía mantener un aceptable nivel de verdadera competencia en el sector televisivo privado en España.



Heterogénesis de los fines
  
Wilhelm Wundt (1832 – 1920) fue el primero en utilizar la expresión “Heterogénesis de los fines”, para indicar “las consecuencias no intencionadas de acciones intencionadas”.
Ya dos siglos antes, el filosofo italiano Giambattista Vico (1668 – 1744) teorizó la contraposición del Libero Albedrio Humano en relación al Diseño Universal.

Es la llamada “lógica de las contradicciones”, que explica como tal vez la persecución abstracta de un fin puede conducir paradójicamente a la afirmación en la vida real justo de lo contrario a lo deseado.

Es la trampa en la que ha caído la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) en el procedimiento de fusión entre Antena 3 TV y LaSexta Televisión.

La CNC es un organismo INDEPENDIENTE, que opera en plena libertad, sin estar sometida a otra presión que no sea el cumplimento de los fines que le son encomendados, es decir la defensa del máximo nivel de competencia compatible en un mercado dado. La CNC dispone de una estructura de funcionarios elegidos, se supone, por su competencia en la materia, que se ha dedicado en los últimos dos años a estudiar en profundidad el mercado en el que operan las empresas privadas de televisión.

Por lo tanto la CNC es la única responsable del nivel de competencia de los mercados que investiga y de las consecuencias ultimas de las autorizaciones, más o menos condicionadas, que otorga o niega.

La CNC, después de haberlo analizado a lo largo de 8 meses, ha emitido su autorización al proyecto de fusión entre Antena 3 y LaSexta, subordinándola a unas condiciones mucho mas gravosas de las que permitieron hace dos años la fusión entre Telecinco y Cuatro, autorizada por la misma comisión, a pesar de ser mucho mas relevante por tamaño y circunstancias de mercado.

Las condiciones impuestas por la CNC a Antena 3/LaSexta resultan tan gravosas, como han confirmado todos los analistas financieros, que a las dos empresas no les queda mas remedio que abandonar el proyecto de fusión.

Por mucho que la CNC se esfuerce de demonstrar la legitimidad de estas medidas con doctísimas argumentaciones, no puede conseguir explicar de forma comprensible al sentido común de la opinión publica que estas condiciones no sean injustas y discriminatorias.

Es normal preguntarse como sea posible que una operación de concentración (Telecinco+Cuatro) ANTERIOR y mas GRANDE (45% de cuota de mercado) resulte sometida a limitaciones en numero inferior, mas livianas de cumplir y por un periodo mas corto (3 años) que la fusión entre Antena 3 y LaSexta, que no deja de ser la respuesta de estas dos compañía para poder seguir compitiendo, aunque con una cuota de mercado menor (42%), y de paso homologar el mercado español a la situación de todos los principales mercados televisivos europeos, con un duopolio competitivo entre dos grandes operadores privados en cada mercado y cuotas de facturación publicitaria cumuladas siempre superiores al 80%.

Si Antena 3 y LaSexta aceptasen las condiciones injustas y evidentemente discriminatorias impuestas por la CNC, estarían condenadas a competir almeno 5 años en condiciones de clara desventaja e inferioridad.

Las consecuencias finales de la intervención de la CNC en estos últimos dos años en el sector televisivo serán: (i) haber permitido el nacimiento de Mediaset España, es decir un grupo con el control del 45% del mercado de la televisión en abierto y con una participación relevante en el mayor operador de televisión de pago; (ii) impedir de facto la formación del único competidor que podría competir con Mediaset España en igualdad de condiciones, imponiendo medidas injustificadamente discriminatorias; (iii) condenar Antena 3 Televisión a seguir compitiendo en condiciones desiguales; (iv) obligar a LaSexta a afrontar un futuro difícil e incierto; (v) blindar de esta forma el monopolio virtual de Mediaset y la posición de absoluto dominio de sus accionistas en el mercado de la comunicación en España.

Al no ser que todo esto fuera exactamente lo que buscaba la CNC, estamos en frente a un ejemplo perfecto de “Heterogénesis de los fines”.

¡Enhorabuena!